¡Me come la polla! Y no, no es mi novia…
¿Alguna vez te han mirado con cara de «¿en serio?» cuando confiesas que te encantan los chats porno? Pues a mí me come la polla lo que digan. Sí, lo admito: soy un adicto al sexo por internet, y aunque la gente frunza el ceño como si hubiera confesado un crimen, ¡yo sigo ahí, pegado a la pantalla como un limón a una caipiriña!, haciéndome pajas.
¿Por qué me pirran las webcams de sexo?
- Porque la vida real es aburrida
Mientras tú ves documentales sobre la migración de las ballenas (loable, pero… zzz), yo estoy en primera fila mirando como ese bombón se masturba. ¿Que si me importa que esa tía se haya masturbado entera o aquella se haya comprado un vibrador nuevo? ¡Más que mi declaración de la renta! - Porque en las webcams son muy frescas, y muy salvajes
Nada me alegra más el día que ver a una influencer de del chat hacerse unos dedos y gemir como una loca. ¿Que se le ha pillado usando filtros hasta en el DNI? Me come la polla, pero me masturbo igual. - Por el placer culpable
Saber que está mal visto lo hace aún más divertido. Es como comer helado a las 3 AM: no deberías, pero… ¿quién va a pararte?
"Es basura online" – ¡Y a mí qué!
Los puristas dirán que estos sistemas porno son el apocalipsis cultural. Pero, oye, si ellos quieren ver cine arte en blanco y negro, allá ellos. Yo seguiré disfrutando de:
Los looks imposibles (¿Eso es un vestido o una cortina de hotel?)
Las corridas express (Ayer «7 orgasmos», hoy «¿Cuántos van ya?»).
Las paridas de otros usuarios (Siempre, siempre, arruinando la fiesta).
Conclusión: ¡Viva el SEXO EN VIVO!
Al final, la vida es demasiado corta para privarse de lo que te gusta (o indignarte, que también es gratis). Así que, si alguien te dice «¿Cómo ves eso?», responde con elegancia: «Me come la polla», y sigue disfrutando de tu dosis diaria de sexo en vivo con orgullo.
¿Y tú? ¿También eres team «me come la polla»? ¡Entra y nos la cascamos juntos! 😉