Divertida, sensual y con ese brillo en los ojos con los que Miranda Reyes caza a sus presas
Al principio, Miranda Reyes era solo eso: una chica divertida. La veía con esa mezcla de gracia y sensualidad que te roba una sonrisa. No pensaba mucho más allá de su belleza evidente y de lo bien que me hacía conectarme con ella, disfrutando de su risa y de su forma de ser tan sexy. Siempre había sido consciente de lo atractiva que es Miranda. De la suavidad de su pelo moreno y del brillo en sus ojos oscuros. Pero entonces, sin que pudiera explicarlo, algo cambió.
Todo empezó una tarde en el chat de Miranda Reyes
Todo empezó con un gesto tan pequeño que apenas parecía significativo: una tarde, estábamos charlando en su sala de pornchat. Mientras hablaba, hizo una pausa para mirarme, pero no fue una mirada cualquiera. En sus ojos había un ángel, un interés real que me hacía sentir como si de verdad me estuviera viendo por primera vez, y entonces me di cuenta de que, hasta entonces, había estado ciego. Su presencia no es solo atractiva y grata para mí, es necesaria. Esa voz, con ese acento colombiano que hace que cada palabra suene especial, se me ha vuelto una especie de canción.
Su aroma es perfume cuando me besa en la distancia
A medida que pasaban los días, empecé a notar cosas en ella que antes había ignorado o dado por hecho. Miranda tiene tremenda fuerza en su carácter, una forma de atender mis necesidades que la hacía más grande y más hermosa. Hay algo en la manera en que escucha, en su paciencia y en su porte, que me desarmaba. Y luego esta su aroma, un perfume suave que deja una huella inolvidable cada vez que me besa desde la distancia. Una mezcla sutil de frescura y calidez que me hace sentir en casa.
Me enamoré de Miranda Reyes como si siempre hubiese sido mía
Para cuando me di cuenta, ya estaba perdido. Sus andares tienen un ritmo que hipnotiza. Como si hubiese sido moldeada para ser observada con devoción. Y su risa, esa risa fácil y contagiosa, es lo único que necesito para que mis días sean perfectos. Me enamoré de Miranda Reyes, de cada parte de ella: de su gracia, de su firmeza, de su mirada que me hace sentir único, de su manera de ser, de su manera de querer. Al final, me enamoré de Miranda Reyes como quien se enamora de algo que siempre fue suyo, como si todo este tiempo hubiera estado esperando descubrir lo que ya era inevitable.
