El SuperChat de Alicia se animó cuando alguien decidió volverla loca de placer
Estaba ahí, tranquila y relajada, mirando cosas en su tablet y sin pensar nada en concreto. Dejaba el tiempo pasar ricamente ojeando sus redes y esos mensajes que muchos dejan en sus publicaciones. Pero de pronto ocurrió algo que la puso en alerta y que cambiaría el rumbo de la tarde. Alguien entró en el chat porno de Alicia y comenzó a activar el vibrador que ella tiene entre sus piernas. Alicia, con un respingo, atendió a su visita. Dejó caer la tablet al suelo, dando un respingo, al sentir aquellos impulsos entre las piernas que la hacían erizar la piel.
Nuevo vibrador en su SuperChat para no parar de gemir donde quiera que esté
Lo que ese alguien no sabía era que el vibrador de era un modelo nuevo que ella acababa de adquirir, con una potencia y un poder de excitación supuestamente más elevado que los anteriores. Él había llegado al SuperChat de Alicia casi por casualidad. La conocía de antes, sí, pero tampoco es que la visitara diariamente. El caso es que los ojos de Alicia se quedaron blancos ante el impulso del vibrador, la sangre se le aceleró, su piel se erizó ante las sensaciones extrañas que recorrieron su cuerpo… y su tableta cayó al suelo con un sonido que a cualquiera hubiera llenado de terror pero que ella, en aquel preciso momento, ni siquiera escuchó.
Cuando pasó la sensación de placer que había recorrido todo su ser, volvió en sí y mirando a la pantalla con media sonrisa consiguió esbozar un tímido «hola». Pero su implacable amante quería verla gemir y gozar, así que volvió a activar el vibrador sin haberse siquiera presentado. Comprendió en ese momento que la cosa iba en serio y que debía entregarse, dejarse llevar. Se reclinó en el sillón, abrió las piernas (dejando ver su limpia pelvis rausarada) y se dispuso a sentir el placer inmenso que le producía aquel jodido nuevo vibrador. Alicia Ocean no llegó a conocer a su invitado, pero las sacudidas no dejaron de llegar hasta que, inevitablemente, acudieron a ella todas las bandas musicales de la inmensidad celestial para vivir uno de los orgasmos más intensos que se recuerdan en una sala.